(no es una cosa de huir, es volver).
Lo que me encanta es que viajar en auto con mi mamá me hace sentir como una niñita de nueve años de nuevo. No es una melancolía ni un deja vu, es que de verdad me siento de nueve años hinchándola con que 'cuánto falta', 'cómprame un dulce', 'paremos en la playa' o cambiándole la música, siendo una mañosa total, porque por una extraña regla de mi universo familiar, en todos los viajes en auto está permitido ser un caprichoso y consentido, es normal hablar de temas de los que nunca hablarías o comer cosas que ni siquiera te gustan. Porque hace calor, porque estamos solas, porque falta caleta, porque no solemos viajar en auto. Porque es tierra de nadie, es la carretera y en el camino dan lo mismo las dietas, los gustos, la rutina, el hecho de que esas empanadas en huentelauquén van a hacer estragos en mi organismo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario